martes, 3 de mayo de 2011

se acabó abril.




el mes de abril nunca me ha gustado, me da la sensación de que está rodeado de muerte. así que estoy contenta (aunque no lo noto) de que se haya terminado.


tampoco me gusta mucho diciembre, pero esa es otra historia.


en días como hoy no puedo amar a nadie sin odiarle antes un buen rato.


me desperté esta mañana rodeada de gris, abrí los ojos y seguía gris, miré hacia la ventana y todo gris. así que decidí dormir más, mientras escuchaba las gotas de lluvia hacíendo clan, clan, clan, sobre los hierros del balcón y pensaba, ¿es de día? no puede ser, ¿se le olvidó al sol salir? al rato intenté levantarme pero no se como las sábanas me aprisionaron. me costó pero al fin lo conseguí. me levanté sobre las 12. me desperté del todo como a las 4 de la tarde.


y esta tarde me ha pasado que he odiado a todo el mundo demasiado tiempo.



bueno, el hombre sin nombre me encanta, tiene las manos más perfectas que he visto nunca.

tiene la voz más varonil que he escuchado nunca.

es valiente y tiene una de las sonrisas más interesantes que he tenido el placer de mirar.


me sigue pasando eso tan raro, cuando pienso en él me pongo realmente nerviosa. pero nerviosa a lo adolescente. nerviosa preocupada. preocupada de perder el control de mí.


el caso es que sentirme enamorada a estas alturas es algo muy raro, sobre todo sentirme enamoradaa de alguien a quien casi no conozco.


cuando yo veía a este tipo por la calle hace años, y casi ni nos decíamos adiós siempre me sentía muy rara, como si hubiera un hilo oculto que me atara a él. para otra persona esto puede ser normal. para mi no. a mi me contradice, me confunde. sentirme tan cerca de un desconocido.




que raro coño.




bueno, haciendo honor a mi cobardía emocional seguiré sin ponerle nombre al hombre sin nombre. por si de repente se va, no tener que decirle adiós.

besos de día lluvioso para todos